Hoy, sin lugar a dudas, la gente ha perdido la confianza. Este problema se expande a todos los estratos porque se perdió la confianza en las instituciones, en los medios de comunicación, en el vecino, en el otro. El mundo capitalista y globalizado que premia de manera ampulosa y exagerada los éxitos personales, hace que los esfuerzos que otrora realizaban las personas por el bien común, se han canalizado en obligaciones laborales. Hoy donar la vivienda al Rotary es ser un idiota. Donar el sueldo al crecimineto de la colombófila es ser un estúpido. ¿Quien rifa su auto para donar lo recaudado a CYBAN (Círculo y Biblioteca Amigos de los Niños) ¿Que pintor pintaría gratis el edificio de la Cooperativa Eléctrica para embellecer la fachada de una institución que tanto ha hecho por Venado tuerto y sus habitantes? Hoy todos cuidamos nuestra torta. Nadie saca la cuchara de su guiso. Lo dijo Juan Carr de Red Solidaria: “¿Saben qué? Los argentinos son unos pelotudos”...y con mucha razón. O a ésto lo sacamos adelante entre todos o no lo saca nadie. ¿Que hacen las instituciones de bien público? ¿Que hace el colegio de arquitectos? ¿Que hace el Club del Jazz? ¿Que hace el Ensamble Instrumental? ¿Y el Ballet Municipal? Yo a mis hjos les he inculcado que lo más importante es la propiedad privada, pero cuando te sobra muuucho tenés que dar. A veces los pobres suelen ser seres humanos. Y le voy a decir otra cosa. No todos los que integramos la clase media alta somos excelentes personas. Yo que he participado en infinitas agrupaciones solidarias, en grupos políticos, de asistencia social (hoy ya no, porque lamentablemente mi mujer no me deja) conozco éstas cosas. Argentina nos necesita y debemos estar. No hagamos la vista gorda a la pobreza, al hambre y a la desocupación. Pero vivimos en una sociedad machista. Hasta el mes que viene.
jueves, 11 de septiembre de 2008
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