viernes, 11 de septiembre de 2009

REPORTAJE A GUILLERMO CORIA (sin Cacho)

Luego de aquel reportaje en el número dos de Revista “Ojito”, volvimos a la casa de Guillermo Coria. Como siempre, el recibimiento de Guille es afectuoso y cálido. Nos sale a recibir el perro, que jugando, me muerde la pantorrilla y me tienen que dar tres puntos de sutura.
OJITO: ¿Como es la vida de Guillermo Coria sin jugar al tenis?
GUILLE: Y es vivir, pero sin jugar al tenis.
O: ¿En éstos años te quedó alguna deuda moral con alguien?
G: Sí, por ahí me siento en falta con la gente que me seguía a todos lados y en falta conmigo mismo...
O: O sea que estás en “Doble Falta” (risas)
G: Muy graciosa tu asociación.
O: ¿Cuando te diste cuenta que habías llegado lejos?
G: Un día que me fuí caminando hasta Caferatta.
O: ¿La lesión en el hombro también fue un factor decisivo en el retiro?
G: Sí, el hombro molestaba mucho, por ahí tenía la sensación de se me iba a salir...
O: ¿Y tu papá que te decía al respecto?
G: Nada, mi viejo en eso de poner el hombro muy clara no la tenía...
O: ¿Tu familia tomó bien lo del retiro?
G: ¡¡¡Sí!!! Mi viejo siempre quiso que me divierta jugando al tenis. El me decía: “Una vez que llegues a número tres del mundo y que hayamos facturado un poquito, empezá a divertirte”.
O: Igual hay que reconocer que tu papá siempre estuvo muy metido en tu carrera...
G: Sí, es verdad. Mi viejo siempre se mimetizó mucho con mi carrera. El está convencido que la final del abierto de Roma con Nadal la jugó él...
O: Mirá vos...
G: Sí, pero la final de Roland Garros con Gaudio está convencido de que la jugué yo.

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